
No cabe duda que Adal Ramones es uno de los mejores showman de América Latina, así lo demostró en su única presentación este último jueves en el Círculo Militar de Jesús María, donde hizo reír sin parar a más de cinco mil personas durante cerca de tres horas.
El humorista mexicano inició con un grato saludo a los ‘Enemigos íntimos’, Aldo Miyashiro y Beto Ortiz, quienes se encontraban en primera fila, para luego continuar su presentación haciendo jocosos comentarios sobre la aparatosa caída de Magaly Medina, en su primer programa.
El destacado animador habló también sobre nuestra gastronomía, tragos, las ruinas de Machu Picchu, México, su amada hija Paola, sus novias y hasta de su época de colegio. Adal, sin duda se supo meter al público en el bolsillo, aunque, terminó por ganárselo después que, repentinamente, entrara y saliera del set vistiendo una camiseta peruana.
“La gente de Perú es muy noble, sí así fueran todos, el mundo sería otro”, señaló Adal, quien ya llevaba cerca de tres horas de show.
“Me están diciendo que me tengo que ir, si no lo hago dicen que nos van a poner una multa (la municipalidad), pero si la pagan ustedes me quedo”, bromeó el artista azteca, mientras que el respetable le pedía a gritos que no se vaya.
Sin embargo, y contra su volun
tad, Ramones, concluyó la velada, no sin antes emitir un sentido consejo a la audiencia.
“Que nadie les diga que no pueden hacer algo, muchos se rieron de mí cuando supieron qué es lo que yo quería. Sé que sonará a frases hechas, pero sigan adelante”, remarcó el artista, quien indicó que desde muy pequeño supo que quería hacer reír al público.
Finalmente, tan pronto terminó Adal con su presentación, con sorprendente sencillez, se dio el tiempo de firmar autógrafos, dar la mano, mandar besos y aventar su pañuelo.
El humorista mexicano inició con un grato saludo a los ‘Enemigos íntimos’, Aldo Miyashiro y Beto Ortiz, quienes se encontraban en primera fila, para luego continuar su presentación haciendo jocosos comentarios sobre la aparatosa caída de Magaly Medina, en su primer programa.
El destacado animador habló también sobre nuestra gastronomía, tragos, las ruinas de Machu Picchu, México, su amada hija Paola, sus novias y hasta de su época de colegio. Adal, sin duda se supo meter al público en el bolsillo, aunque, terminó por ganárselo después que, repentinamente, entrara y saliera del set vistiendo una camiseta peruana.
“La gente de Perú es muy noble, sí así fueran todos, el mundo sería otro”, señaló Adal, quien ya llevaba cerca de tres horas de show.
“Me están diciendo que me tengo que ir, si no lo hago dicen que nos van a poner una multa (la municipalidad), pero si la pagan ustedes me quedo”, bromeó el artista azteca, mientras que el respetable le pedía a gritos que no se vaya.
Sin embargo, y contra su volun

“Que nadie les diga que no pueden hacer algo, muchos se rieron de mí cuando supieron qué es lo que yo quería. Sé que sonará a frases hechas, pero sigan adelante”, remarcó el artista, quien indicó que desde muy pequeño supo que quería hacer reír al público.
Finalmente, tan pronto terminó Adal con su presentación, con sorprendente sencillez, se dio el tiempo de firmar autógrafos, dar la mano, mandar besos y aventar su pañuelo.
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